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Emaus, Cleofas el Hermano de san José

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 Los Franciscanos luego de mucho estudiar el camino de Emaus, se instalaron en un terreno en el siglo XV.

La Iglesia del San Cleofás también llamada Iglesia de Emaús , es una iglesia católica con el estatus de Basílica menor que está situada en la aldea de El Qubeibeh (provincia de Jerusalén) en la Cisjordania ocupada, Palestina.

Cuando los cruzados construyeron esta iglesia en 1280, consideraron que el lugar era el que correspondía al pueblo bíblico de Emaús, de donde provenía Cleofás.

El pueblo también cuenta con las ruinas de una fortaleza romana que se llama castellum Emmaus. Los cruzados construyeron sobre la supuesta casa de Cleofás una gran basílica de tres naves con un coro abovedado y con un ábside.

En el siglo XIX, la iglesia quedó en ruinas. La nave central estaba casi destruida y quedaba un muro de tres metros de altura en lugar de los ábsides. En 1852, la Custodia Franciscana de Tierra Santa de nuevo empezó una peregrinación anual cada mes de septiembre.La marquesa Pauline de Nicolay compró las ruinas en 1861 y la donó a los franciscanos.

En 1902, el sultán Abdul Hamid II dio permiso a la orden de los Franciscanos para reconstruir su iglesia una vez más. El templo obtuvo el rango de basílica menor en 1919.

María de Cleofás o Cleofé es conocida así por ser la esposa de Cleofas, presente en la crucifixión de Cristo, Tía de Nuestro Señor Jesucristo Madre de Judas Tadeo, Santiago el Menor, Simón y José

María Cleofás era hermana de María la madre de Jesús lo que explica el trato dado por este a los hermanos que en realidad eran «primos» de Jesús.

Era una de las tres mujeres que estuvieron al pie de la cruz con la Virgen.

Primera Mujer: María Magdalena
Segunda Mujer: María Salome, madre de Jacobo el menor y José
Tercera Mujer: Maria de Cleofas, Madre de los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan. 

“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María de Magdala” dice el evangelista san Juan. Era el grupo de las que “lo seguían desde cuando estaba en Galilea para servirlo, y muchas otras que habían venido de Jerusalén junto con él”.

El historiador palestino Hegesipo dice que Cleofás era hermano de san José y padre de Judas Tadeo y de Simón. Este último fue elegido para suceder a Santiago el Menor en la sede episcopal de Jerusalén.

La identificación de Alfeo con Cleofás llevó a algunos exegetas a considerar a María de Cleofás cuñada de la Virgen María, y madre de tres apóstoles. Cleofás (Alfeo) es, además, uno de los discípulos que el día de la resurrección de Jesús, mientras iban hacia Emaús, fueron alcanzados por Jesús a quien reconocieron en la “fracción del pan”. Mientras el esposo se alejaba de Jerusalén, con el corazón lleno de melancolía y desilusión, la esposa María de Cleofás, siguiendo el impulso de su corazón, iba de prisa a la tumba del Redentor para rendirle el extremo homenaje de la unción ritual con varios ungüentos. En efecto, el viernes por la tarde se había quedado atrás con María Magdalena para ver “en dónde lo dejaban”. Dice el evangelista Marcos: “María la Magdalena y María, la madre de Santiago el menor y de José miraban dónde lo ponían”.

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Cleofás también aparece en los primeros escritos cristianos de Papías y Hegesipo, del siglo segundo, como hermano de José de Nazaret, el esposo de María, madre de Jesús, y como el padre de Simeón, el segundo obispo de Jerusalén. Eusebio de Cesarea relata en su Historia de la Iglesia (Libro III, capítulo 11), que después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 DC, los cristianos de Jerusalén

«todos con un consentimiento pronunciaron a Simeón, el hijo de Cleofás, de quien el Evangelio también hace mención, para ser digno del trono episcopal de esa parroquia. Era primo, como dicen, del Salvador. Porque Hegesipo registra que Clefoás era hermano de José «.2

Epifanio agrega que José y Cleofás eran hermanos, hijos de «Jacob, apodado Panther».

En el Evangelio del pseudo-Mateo, que probablemente fue escrito en el siglo VII, se afirma que la hermana de María, la madre de Jesús, era María de Cleofás, hija de Cleofás y Ana:

Jesús se encontró con María, su madre, junto a su hermana María de Cleofás, que el Señor Dios había otorgado a su padre Cleofás y a su madre Ana, porque habían ofrecido a María, la madre de Jesús, para el Señor. Y ella fue llamada con el mismo nombre, María, para consolar a sus padres.4

En la tradición medieval, Cleofás es el segundo esposo de Santa Ana y padre de «María de Cleofás».

Según los fragmentos de la obra Exposiciones de los Oráculos del Señor del Padre apostólico Papías de Hierápolis, que vivió cerca del 70-163 dC, Cleofás y Alfeo son la misma persona, y María, la esposa de Cleofás o Alfeo, sería la madre de Santiago el hermano de Jesús, de Simón y de Judas (Tadeo) y de un José.

 María, la madre del Señor;  María, esposa de Cleofás o Alfeo, quien fue madre de Santiago el obispo y apóstol, de Simón y de Tadeo, y de un José;  María Salomé, esposa de Zebedeo, madre de Juan el evangelista y Santiago;  María Magdalena. 
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De #bottegadivina

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One reply on “Emaus, Cleofas el Hermano de san José”

Es un buen resumen pero es conveniente que corrijan en el texto los errores que aparecen en la relación de Marías al pie de la cruz, que evidentemente es un «lapsus mentis» ya que en otras partes está correcto (Ver el último párrafo del artículo. También en el video está bien). La Segunda Mujer es María Salomé, madre de Jacobo EL MAYOR y de JUAN, que son los hijos de Zebedeo (no del Menor y de José). Y la Tercera Mujer, María de Cleofás, es la Madre de Jacobo el MENOR y de JOSÉ. El redactor simplemente invirtió los hijos (o los nombres de las madres). Como el error es evidente y el punto demasiado conocido no es necesario explicarlo.

La cita de Eusebio de Cesarea de III,11 de Hist. de la Iglesia se puede enriquecer con IV,22, cuarto párrafo, que dice: «Después que Jacobo el Justo sufriera el martirio como el Señor y por la misma razón, Simeón hijo de su tío [de Jacobo], Clopás, fue designado obispo, recomendado por todos como primo del Señor.»

Y así mismo con III,32 primero, segundo, tercero y quinto párrafos, en que Eusebio, hablando de Hegesipo, comenta en el primer párrafo, hablando de las persecuciones de Trajano, que: «En el curso de las mismas, como ya se ha dicho antes, llegó al fin de su vida en martirio Simeón, hijo de Clopás, el segundo obispo de Jerusalén.» En el segundo párrafo transcribe a Egesipo, así: «Algunos de esos herejes acusaron a Simón, hijo de Clopás, de descender de David y de ser cristiano, por lo que sufrió el martirio a la edad de 120 años, siendo Trajano emperador y Ático gobernador consular.» Y en el cuarto párrafo dice Eusebio: «Y se puede llegar razonablemente a la conclusión de que Simeón vio y oyó al Señor, a la vista de su edad y a la referencia en los evangelios a María, mujer de Clopás [Cleofás], y de quien él era hijo, como ya se ha dicho.» Y en el quinto párrafo, transcribe Eusebio una cita de Hegesipo, que en una parte dice: «Por tanto, vinieron y presidieron sobre cada iglesia como testigos y miembros de la familia del Señor, y como había total paz en cada iglesia, sobrevivieron hasta el reinado de Trajano, CUANDO EL HIJO DEL TÍO DEL SEÑOR, el mencionado Simeón, HIJO DE CLOPÁS, fue similarmente acusado por sectarios herejes (…)»

Las citas que hago las tomé de «Historia de la Iglesia» de Eusebio de Cesarea, en la versión de Paul L. Maier, traducción al español de Santiago Escuain, Editorial Portavoz, Kregel Publications, Impreso en Singpur, 1999. Los textos entre paréntesis cuadrados [corchetes] son de Maier, según dice él, «para mejorar su inteligibilidad».

La importancia y pertinencia de las citas es que de una parte ratifican que Simeón (o Simón), segundo obispo de Jerusalén luego de Santiago el Menor (el apóstol, el Justo, el «hermano del Señor») era hijo de Clopás (Cleofás o Alfeo); de otra que Clopás era hermano de san José, tal como se insinúa en varios apócrifos como el «Proto Evangelio de Santiago» y el «Evangelio de la Natividad de María», y se ratifica al analizar los textos de Papías y de Hegesipo citados por Eusebio y las palabras del propio Eusebio, y lo afirma también san Epifanio (en el Panarion) , siendo las más importantes la de Historia de la Iglesia III,32 quinto párrafo, cuando dice que Simeón (en el original griego dice ahí Simón) era «HIJO DEL TÍO DEL SEÑOR», aclarando que ese tío era CLOPÁS, que sabemos también es Cleofás o Alfeo, y la cita de IV,22 cuarto párrafo al decir «Después que Jacobo el Justo sufriera el martirio COMO EL SEÑOR y por la misma razón, Simeón hijo de SU TIO, CLOPÁS, fue designado obispo, recomendado por todos como primo del Señor.», texto este que generalmente se interpreta mal, debido a que es ambivalente (vicio de equívoco) pues la frase admite (gramaticalmente) más de una interpretación válida, pues no es claro de quién es tío Clopás, si de «Jacobo» o «del Señor», ambivalencia que se resuelve con su concordante III,32 quinto párrafo cuando Hegesipo nos dice «EL HIJO DEL TÍO DEL SEÑOR, el mencionado Simeón, HIJO DE CLOPÁS» lo que nos muestra que Paul L Maier está equivocado al interpretar entre corchetes que SU TÍO se refiere a Jacobo, lo cual queda contradicho y en claro con Hist. de la Iglesia III,32 quinto párrafo.

De otra parte tampoco hay que olvidar que Eusebio menciona en la misma Historia, III,20 primer párrafo que «Sobrevivientes de la familia del Señor eran los nietos de Judas, de quien se dice que era hermano según la carne, y fueron denunciados como descendientes de David» (ante Domiciano, para que los matara, aclaro) y en III,32 cuarto párrafo, refiriéndose a Hegesipo, indica que: «El mismo escritor dice que otros descendientes de uno de los hermanos del Salvador, que se llamaba Judas, vivió durante (…)», textos estos que concuerdan con la epístola de Judas 1, en que él se presenta como «hermano de Jacobo» (es decir de Santiago «el hermano del Señor») lo cual hace que como Santiago era llamado «el hermano del Señor», Judas al ser hermano del hermano del Señor, también fuera, obviamente, hermano del Señor.

Así las cosas, aparecen ya como «hermanos» de Jesús dos hijos de Clopás (Cleofás o Alfeo) Santiago el Menor y Simeón (Simón). A estos se les agrega Judas que alega ser hermano de Jacobo (Santiago). No tocamos el tema de si todos ellos eran o no los apóstoles de los mismos nombres pues no acabamos nunca y no viene aquí al caso y en cambio si vemos que la lista de presuntos «hermanos» de Jesús de Mt 13,55 y Mc 6,3 se llaman Jacobo (Santiago), José, Simón y Judas, que curiosamente coinciden con los nombres de los hijos de Cleofás (Clopás, Cleofás, Alfeo) y de su mujer María de Clopás (Cleofás o Alfeo) lo que lógicamente nos lleva a que éstos personajes serían los mismos y por tanto al ser hijos de Cleofás y María de Cleofás no son «hermanos» de Jesús sino sus primos, teniendo en cuenta que su padre Clopás era hermano de José. Si además fuese aceptable que María de Cleofás era hermana de la Virgen María, como dicen algunos, serían doblemente primos, al serlo también por parte de madre, opción esta que no cabe en la versión del Evangelio del Pseudo Mateo, ya que allí no lo serían por el lado paterno pues para ese apócrifo Clopás no es esposo sino padre de María de Clopás pero sí en otras versiones.

¿Y porqué Mateo y Marcos les dicen hermanos, si son primos? Mateo escribió en arameo pero no conocemos su versión sino sus traducciones al griego koiné. Marcos, Lucas y Juan escribieron en griego pero no conocemos ningún original sino copias de copias de copias de copias…. – En griego existen las palabras hermano (ἀδελφός = adelphos), primo (ἀνεψιὸς = anepsios) y sus femeninos y plurales y hasta el neutro. ¿Entonces por qué no dijeron primos sino hermanos? Hay una razón poderosa: Mateo, Marcos y eran JUDÍOS (también Lucas y Juan pero no tocan el punto) y como tales en sus idiomas arameo y hebreo (como en sus idiomas del medio oriente como todos los siriacos y el árabe entre otros), NO EXISTÍAN las palabras «primo», «abuelo», «cuñado», «tío», «suegro», «nuera», «yerno», etc. sino solo hijo, hermano, hermana, padre, madre. Por tal razón se veían forzados a emplear circunloquios descriptivos tales como: tío: «hermano del padre» (o «hermano de la madre»); primo: «hijo del tío». Veamos: “primo” se decía “hijo del hermano del padre” (ben ah’ab = hijo, hermano, padre) o sea para nosotros “el hijo del tío”; y para “prima”, “la hija del hermano del padre” (bat ah’ab) pero resultaba más práctico decirle “ah” (hermano) al primo y “ahot” (hermana) a la prima, en lugar de describir los vínculos. Y así los plurales, los masculinos, los femeninos, etc. Un tío materno se decía “el hermano de la madre” (haAhi’am) una tía materna se decía “la hermana de la madre” (haAhot’am), o para decir hermano menor se decía “el hermano que está detrás” (haAh’er), etc. De allí la practicidad de decir a la familia cercana por las palabras fáciles y cariñosas de ah (hermano) ahim (hermanos), ahot (hermana), etc. en sentido figurado a quienes no eran hermanos en sentido estricto, e igualmente en arameo (que entonces era la lengua usada, donde la palabra era אחא (âhâ = hermano) que se traduce como אח (âh) al hebreo, y como αδελφος (adelphos) al griego del Nuevo Testamento y al español  como “hermano”, etc. Se le dice al primo o prima “hijo del tío” (ben ah’ab o bat ah’am según sea paterno o materno) e “hija del tío” (bat ah’ab o bat ah’am, según sea paterna o materna) pero no sólo entre esos familiares sino también entre esposos, lo que implica llamar “tío” al suegro o suegra. Entonces aunque un evangelio se escribiera en griego por los evangelistas (Mateo no escribió en griego), ellos no dejaban de ser judíos y expresaban los parentescos en griego tal como toda su vida los dijeron en arameo y en hebreo utilizando más la forma figurada que los circunloquios por practicidad y por afecto.

Tengo unas 35 citas que cubren desde el Génesis hasta las Epístolas Universales, de casos así. Por espacio toca limitarnos. Veamos un ejemplo con circunloquios:

Lv 20,19-2:1 “19 La desnudez de la hermana de tu madre, o de la hermana de tu padre, no descubrirás; porque al descubrir la desnudez de su parienta, su iniquidad llevarán. 20 Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos. 21 Y el que tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán.” (Uso la RV60 por consideración a los protestantes y para que no me digan que es porque usé una católica)

Fácil habría sido en el v.19 decir la tía materna y la tía paterna, o mejor aún “con una tía”. Y en el v. 20 habría sido más fácil decir “la cuñada” y “el “tío”. Pero se imponían los circunloquios descriptivos de cada vínculo familiar al no existir en el idioma las palabras “tía”, “tío”, “cuñada”. Y lo mismo sucede en el v.11 del mismo capítulo 20 con “la mujer de su padre” al no existir “madrastra” y en el v.14 con “mujer y a la madre de ella” al no existir la palabra “suegra”. En otros libros se aprecia el empleo permanente de esa forma de referirse a los familiares mediante circunloquios descriptivos de los vínculos, a causa de no existir términos precisos, que es también la causa de existir, paralelamente, la costumbre de llamarlos simplemente “hermano”, “hermanos”  (ah, ahim) y sus correspondientes femeninos “hermana”, «ahot» (אחות), y «hermanas»,  «ahayot» (אחיות).

En el ejemplo de arriba vemos que usan los circunloquios y no «hermanos» en sentido figurado. Ellos usaban una forma u otra dependiendo del momento, de las circunstancias concretas o del simple capricho. Veamos un par de ejemplos con «hermanos» en sentido figurado:

Gn 9,18;24-27: “18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. (…) 22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos los rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. 24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25 y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos (…)”. Y en los v.26 y 27 bendice a Sem y a Jafet y condena a su nieto Canaán, hijo de su hijo Cam a ser siervo de sus tíos.

Según los v.18, 22 y 24 Cam es hijo de Noé y según el v.18 Canaán es hijo de Cam. Por tanto Canaán es NIETO de Noé. Y Noé no sanciona directamente a su hijo Cam, el infractor, sino al hijo de Cam, Canaán, o sea a su NIETO que nada malo hizo, maldiciéndolo y condenándolo a que fuera el siervo de sus tíos Sem y Jafet, según se aprecia en los v.25, 26 y 27, destacando que en el v.25 maldice a Canaán y lo condena diciendo que “siervo de siervos será de SUS HERMANOS” o sea a ser el esclavo de los esclavos de “sus HERMANOS” Sem y Jafet, pero ya vimos que Canaán, por ser hijo de Cam (el infractor), es NIETO de Noé y es SOBRINO de Sem y Jafet, que son, ellos sí, hermanos de Cam. Noé pues, llama a los TÍOS de Canaán HERMANOS de su sobrino, en sentido lato o amplio.

Gn 13,7-8: “7 Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8 Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, PORQUE SOMOS HERMANOS.

Sabemos que Abraham (entonces Abram) y Lot no eran HERMANOS sino que Abraham era el tío de Lot, con quien había emigrado desde Ur de Caldea muchísimos años antes de llegar ambos a Israel y de vivir en Harán varios años en ese éxodo desde la Mesopotamia, pues según Gn 11,27 Abram, Nacor y Harán eran hermanos porque eran hijos de Taré (Teraj) y Harán era padre de Lot, lo que hace a éste sobrino de Abram. Y Gn 12,5 dice: “Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, (…); y en Gn 14,12 cuando los reyes cananeos llevaron preso a Lot, dice: “Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.” Tenemos así tres versículos (Gn 11,27; 12,5 y 14,12) que nos dicen que Lot es sobrino de Abram pero en Gn 13,7-8 Abram le dice HERMANO a su sobrino Lot, para no acudir al circunloquio de “sobrino” (tu eres “el hijo del hermano”) o al circunloquio de “tío” (yo soy “el hermano del padre”).

Gn 29,12-15 dicen:12 Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre. 13 Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas. 14 Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres Y estuvo con él durante un mes.15 Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario.” Y Jacob le pide en matrimonio a la menor de las hijas de Labán, Raquel, a cambio de 7 años de trabajo suyo.

Tenemos que según Gn 25,20; 29,13 y 24,15, Labán y Rebeca son hijos de Betuel y por tanto Labán y Rebeca son hermanos biológicos, parentesco que se ratifica en Gn 24,29-30; 27,43 y 29,13, entre otros. Como Jacob es hijo de Rebeca (Gn 25,26) y Rebeca es hermana de Labán. Labán es tío de Jacob y Jacob es primo de Lea y Raquel, hijas del tío Labán (Gn 29,10 y 16). No obstante ser primos, vemos que por una parte Jacob en Gn 29,12 le dice a su prima Raquel que él es HERMANO del padre de ella (Labán) siendo que en realidad es su TÍO pues Labán es el hermano de Rebeca, madre de Jacob. Y sin transición alguna, en el verso siguiente, el 13, Labán, que acaba de ser llamado su “hermano” por parte de su sobrino Jacob, el texto dice que Jacob es “hijo de su hermana” (de Labán) o sea sobrino de Labán, que es la verdad biológica. Y en el siguiente verso, el 15, Labán es ahora quien le dice a su sobrino Jacob “Por ser tu mi HERMANO”. Tenemos que entonces primero es Jacob quien dice que es “hermano” de su tío Labán y luego es este quien dice ser hermano de quien realmente es su sobrino. Los dos saben que no son hermanos pero se dicen “hermanos” al no existir ni en hebreo ni arameo la palabra “primo” por no usar eufemismos como “el hermano de mi madre” y “el hijo de mi hermana”

En Gen 24,27 en el cual el siervo más viejo de Abraham (Gen 24,1) que fue enviado por Abraham desde Hebrón (al sur de Jerusalén) hasta Harán para que fuera a casa de sus sobrinos Labán y Rebeca, primos de Isaac, para conseguirle a Isaac una esposa entre sus parientes y al identificar a Rebeca, que llegó al pozo por agua, el criado exclama: “”(…) Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los HERMANOS de mi amo.” Como puede verse en el ejemplo anterior el parentesco, no es la casa de los «hermanos» de Abraham sino la casa de sus SOBRINOS NIETOS Labán y Raquel, hijos ellos de su SOBRINO Betuel (al parecer por el contexto del relato ya muerto, hijo él de Nacor (muerto hacía tiempo), el sí hermano de Abraham, pero el criado engloba a TODA LA FAMILIA bajo el calificativo de HERMANOS DE MI AMO.

En Gen 24,60 se dice que la madre de Labán y Rebeca (v. Gen 24,55) cuando ésta iba a partir con el criado de Abraham para llevársela como esposa a Isaac: “60 Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: HERMANA NUESTRA, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.” Labán sí es hermano de Labán pero la “madre” (la Biblia no dice nunca su nombre) de Labán y Rebeca es su madre y sin embargo le dice a su hija “hermana”. Hay en este relato de Rebeca muchos ejemplos de la forma en que en estos tiempos (alrededor del 1800 a.C.) aplicaban la palabra “hermano” a personas que no lo eran biológicamente, lo que nuestros lectores juiciosos podrán constatar por sí mismos.

Lv 10,4: “Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a VUESTROS HERMANOS de delante del santuario, fuera del campamento.”

Según Ex 6,18 y Nm 3,19 Amram y Uziel eran hermanos. Sabemos por Ex 6,20 y Nm 26,59 que Amram era el padre de Aarón y Moisés y por Lv 10,1; Lv 3,2-4; Ex 6,23; y Nm 3,1-3 y 25,60 sabemos que Nadab y Abiú eran hijos de Aarón y que según Lv 10,4 y Ex 6,22 Misael y Elzafán eran “hijos de Uziel tío de Aarón”. Eso significa que los fulminados Nadab y Abiú eran sobrinos nietos de Uziel porque Uziel era tío de su padre Aarón y que Misael y Elzafán son primos de Aarón y por tanto primos segundos de Nadab y Abiú, no sus “hermanos” pero en Lev 10,4, Moisés al no contar en su idioma con palabras sencillas como “primos” ni “primos hermanos” ni “primos segundos” ni “nietos” y por tanto no poder decirles a Misael y Elzafán “Acercaos y sacad a vuestros PRIMOS SEGUNDOS de delante del santuario”, en lugar de usar los circunloquios correspondientes, que serían “los hijos del hijo del hermano de su papá” (en español primos segundos o hijos del primo)([1]) les dice VUESTROS HERMANOS”.

En 1 Crónicas 23,21-22, tanto en la versión hebrea como en Biblias como la del Oso, la del Cántaro y otras versiones, se cuenta en el v. 21 que Merari tuvo como hijos a Moholi y Musi (la RV60 escribe Mahli y Musi). Estos dos hermanos, a su vez, tuvieron los siguientes hijos: Moholi tuvo a Eleazar y Cis. Y añade el v.22: “Y murió Eleazar sin hijos, mas tuvo hijas, Y los hijos de Cis sus HERMANOS las tomaron por mujeres”. En el texto es nítido que Eleazar y Cis son hermanos porque son hijos de Moholi y entonces las hijas de Eleazar son primas de los hijos de su tío Cis. Este antiguo texto hebreo, como muchos , nos prueba que entre judíos desde antiguo llamaron “hermanos” a otros parientes, en este caso a los PRIMOS. Era por la ausencia de la palabra única y para evitar el circunloquio “hijos del hermano del padre” (o la madre). NOTA: Las Biblias Reina-Valera modificaron en el v.22 «hermanos» y lo cambiaron por «parientes», seguro por algún puritano timorato al ver que estaría diciendo que unos hombres se casaron con sus hermanas, cuando en realidad eran primas. En las originales Biblia del Oso de Casiodoro de Reina y en la Biblia del Cántaro de Cipriano de Valera dice «hermanos» como en las demás Biblias.

Aunque los hermanos separados no consideren a Tobías como canónico, si son honestos deben aceptar que es un documento antiguo y que aquí sirve para probar un hecho histórico, como es el uso de una palabra. En Tobías 7,9 él le dice al ángel Rafael (que Tobías cree que se llama Azarías y le sirve de guía para ir a cobrar una deuda) que convenza a Ragüel, donde se hospedan una noche de su viaje, para que le conceda la mano de su hija Sarra, así: “HERMANO Azarías, di a Ragüel que me dé por mujer a mi HERMANA Sarra.» Pero ella no es sino una familiar muy lejana.

Y en Tobías 8,4 y 7, luego de que se casa con su prima Sarra, él le dice “hermana”. En el v.4, estando ellos encerrados en una habitación, Tobías le dice a Sara (o Sarra): “Levántate, HERMANA y oremos, y pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos salve” Y en el v.7 Tobías le dice a Dios: “Yo no tomo a esta MI HERMANA con deseo impuro, sino con recta intención”. ¿Será que hay alguien tan torpe que crea que Tobías, ejemplar hombre de Dios, se casó con su hermana biológica? Y así por le estilo en infinidad de casos del Antiguo Testamento. Citemos algunos del Nuevo:

Mt 25,40: “Y respondiendo el rey les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos MIS HERMANOS más pequeños, a mí me lo hicisteis.” Jesús llama aquí “mis hermanos más pequeños”, a los seres humanos pobres, enfermos, desvalidos, necesitados de ayuda amorosa por parte del prójimo que puede ayudarlos, amor y obras que según Jesús, serán la condición en el juicio final para poder entrar al cielo si se actuó positivamente o al infierno si no fue así, según se relata en Mateo 25,31-46, etc. ¿Será que Dios tiene hermanos?

En Hch 1,15-16 se lee: «15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: 16 Varones hermanos, era necesario (…)”. ¿Será que Pedro tenía 120 hermanos?

El apóstol Pedro, en 1P 5,13 se refiere a san Marcos el evangelista, su discípulo y secretario, como su hijo, al despedirse de sus destinatarios, dice: “La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan”.

1 Cor 9,5: Defendiendo los diferentes derechos de los presbíteros que dedican su vida a predicar, dice San Pablo en 1 Cor 9,5: “5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?”

¿Será que la expresión “traer una hermana por mujer” significa que pretendía que los presbíteros tuvieran derecho a que sus hermanas biológicas fueran sus amantes o esposas incestuosas, como las tenían los otros apóstoles, los “hermanos del Señor” y Cefás (Pedro)? ¿O se refería a tener derecho como los demás a tener por esposa a una mujer cristiana, es decir que “hermana” significa aquí “cristiana”?

Es obvio, por falta de inteligencia que se tenga, que Pablo en esta frase con “hermana” quiere decir “cristiana”, no hermana biológica.

Esto nos demuestra que cuando el Evangelio habla de “hermanos” del Señor no es válido interpretar como verdad inamovible que eran hermanos carnales con base en la literalidad de la palabra pues vemos que si esa forma interpretativa, a la que son tan adeptos muchos protestantes, se aplicara aquí, habría que concluir que Pablo estaba acogiendo la existencia de un presunto derecho al incesto con una hermana carnal, lo que sería el colmo de la aberración. Las palabras no son nunca independientes del contexto en que se escriben o se pronuncian. En el caso de los presuntos hermanos de Jesús, con muchos ejemplos que hay se demuestra que en toda la Biblia, desde Abraham hasta San Pablo, el pueblo judío, incluidos los autores bíblicos, le decía “hermano” a sus parientes, a los miembros de colectivos sociales y religiosos (como Pablo a las cristianas), a la humanidad y hasta a desconocidos, de suerte que puede ser que los evangelistas al decir “HERMANOS DEL SEÑOR”, quisieron referirse bien sea a hermanos carnales de Jesús o bien a otros parientes e incluso no parientes, sin que hoy se pueda definir sin sombra de duda a cuál tipo de hermanos se refirieren en Mateo 13,53-58; Marcos 6,1-4 que hasta dan nombres de hermanos, o en los textos de Mt 12,46-50; Mc 3,19-35; Lc 8,19-21, Juan 7,1-10 usados por los protestantes, los ateos y los enemigos del cristianismo para afirmar que eran biológicos y algunos católicos para afirmar que no lo eran.

En conclusión, la mayoría de las tesis, no pasan de ser especulaciones pero si hay una más errada que todas es la de basarse en la literalidad de las palabras y además aislando los textos de su contexto y del contexto del Evangelio y del contexto judío y de la época de Jesús. En nuestro caso personal, especulativa también como todas, es, en síntesis esta:

Cleofás era hermano de José y estaba casado con María de Cleofás (Clopás o Alfeo). Murió Cleofás y su hermano San José tuvo que cumplir con la ley del levirato (Dt 25,5-10 es su norma fundamental) según la cual el hermano del difunto que no había tenido hijos, debía tener relaciones con la viuda para engendrar hijos y así el «nombre del hermano no sea borrado de Israel»(v.6), para «suscitar nombre en Israel a su hermano»(v.7), «edificar la casa de su hermano» (v.9). «Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto» (v6). Los hijos eran considerados legalmente, es decir ante la Ley de Dios y estatal, hijos del difunto y no del padre biológico. Los vecinos y la familia obviamente sabían quién era el padre biológico. Así, San José, siendo aún joven, tuvo con su cuñada María de Cleofás (Clopás o Alfeo) a Santiago (Jacobo), José, Simón y Judas y al menos a dos hermanas. Siendo ya muy mayor, José se casa con la Virgen María y sin su intervención nace Jesús. Como José no es padre biológico de Jesús pero sí lo es por Ley, los hijos biológicos de José son legalmente hermanos medios de Jesús, quien legalmente es su primogénito pues los otros son del difunto Cleofás. Los citados hijos son, legalmente «primos» de Jesús por el levirato considerarlos hijos del difunto Clopás (Cleofás, Alfeo), hermano de José y tío de Jesús y una especie de «hermanos» medios de Jesús desde el momento en que ellos son hijos del padre putativo de Jesús. Y si La Virgen María fuese hermana de la difunta María de Cleofás, los citados hermanos y hermanas serían primos por línea materna de Jesús.

Esta especulación tendría apoyo teológico para todos los cristianos pues si Jesús es Dios encarnado, resulta teológicamente aberrante que Dios tenga hermanos y peor si son humanos. Para la Iglesia Católica romana y para las 23 iglesias católicas ortodoxas de rito oriental que la componen así como para las demás iglesias cristianas ortodoxas, ello satisfaría también su creencia en la virginidad perpetua de María como templo corporal sagrado del Hijo de Dios.

Los argumentos relacionados con la interpretación de la palabra «primogénito» referida a Jesús y de la expresión «no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito» son el colmo de la ceguera y falta de inteligencia analítica pues tales expresiones tienen varios significados válidos: «Primogénito» no sólo es el primero de una serie de hijos, sino que alude también al hecho de un primer nacimiento, sin tener que esperar a que haya otro. Por eso los judíos hacían el rescate del primogénito a los 30 días de nacido, ofreciendo el sacrificio de rescate en el templo en la forma indicada en la Biblia, sin esperar a que naciera el segundo para poder calificar al primero de primogénito ya que ninguna judía era capaz de tener un segundo hijo en menos de 30 días de nacido el «primero». La primera vez que alguien se embriaga, es la primera vez aunque no haya segunda. La primera vez que te dan un puñetazo en un ojo, es el primer puñetazo en el ojo aunque nunca te den otro!. Como Santiago era el primer hijo bajo el levirato, él era primogénito del difunto y no de José y por eso José hace el rescate de Jesús quien es, legalmente, su primogénito. Una cosa es «Primero» como número ordinal y otra es «Primero» como adjetivo calificativo. EL primogénito es el hijo de la primera vez que se embaraza aunque luego no haya otro.

Finalmente, en cuanto a «no la conoció HASTA que nació Jesús» (Mt 1,24-25) es frase que tiene gramaticalmente dentro del contexto doble significación: aquí el contexto es que Jesús no es producto de ninguna relación sexual de María, que es lo que viene afirmando. Fuera de este contexto significa que luego del nacimiento sí tuvo relaciones sexuales. Pero como aquí el contexto es nítido, no se puede sacar totalmente de tal contexto sin caer inmediatamente en el error. La frase de todas maneras, aún dentro de su contexto, no es afortunada en cuanto a claridad meridiana pues conserva algo de esa ambivalencia. Pero lo que sí es fatal es afirmar que no existe duda de que significa que sí tuvo María vida sexual luego de nacer Jesús. Ejemplos:

  • 2 Samuel 6,23: “Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.” ¡Significa que a partir del día de su muerte empezó a tener hijos, tal como María no tuvo relaciones sexuales sino “hasta” después del nacimiento de Jesús!
  • 2 Reyes 15,5: Hablando del rey Azarías dice: “Mas Jehová hirió al rey con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó en casa separada, …”, habría, con esa misma lógica, que decir que la lepra se le curó después de su muerte y además empezó a habitar en casa separada!
  • 2 Crónicas 26,21: también habría que entender que el rey Uzías quedó sin lepra a partir del día de su muerte pues dice: “21 Así el rey Uzías fue leproso hasta el día de su muerte, …”.
  • Génesis 19,36-38: “36 Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. 38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy.” ¿Esos “hasta hoy” significan que a partir de ahí Moab deja de ser padre de los moabitas y Ben-ammi deja de ser padre de los amonitas, o cada uno seguirá en el futuro siendo padre de dichos pueblos? La condición de padres continúa por siempre, aunque desaparezca el sujeto.
  • Génesis 26,12-13: “12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. 13 El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. ¿Significa que Isaac dejó de enriquecerse y de ser prosperado cuando se hizo poderoso y a partir de allí dejó de serlo y hacerlo? No. Las condiciones rico y poderoso continúan y continuarán mientras la situación no cambie, si es que alguna vez cambia, pero aquí con sólo esta frase no lo sabemos. Habría que coordinar con otras partes bíblicas. Igual con la frase sobre María que sólo se refiere hasta ese momento y deja en lo oscuro el futuro pues el tema y contexto no es toda su vida sino la concepción virginal de Jesús. Para lo otro hay que mirar otras partes que afirmen o nieguen lo perpetuo de esa virginidad.
  • Génesis 26,32-33: “32 En aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua. 33 Y lo llamó Seba; por esta causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día. Isaac nació a mediados del siglo XIX a.C y murió de 180 años en el 1671 a.C. ¿Quiere significar que esa ciudad se llamaba así sólo hasta el momento en que se escribió el Génesis? Pues no. Sólo quería indicarse que hasta el momento de escribir el libro la ciudad seguía llamándose Beerseba. Se calcula que el Génesis fue escrito durante la estancia de Israel en el desierto, entre 1440 y 1400 a.C. Y 3.425 años después Beerseba sigue llamándose así, que traduce “Pozo del Juramento”. Ese “hasta” no indicaba el fin de tal nombre, sino, por el contrario, la ausencia de cambio de nombre al momento de afirmarlo.
  • Salmo 110,1: “1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” (Está citado por Jesús en Mt 22,41-44). ¿Pensará alguno que “hasta” es una preposición que implica siempre que cuando sucede el “hasta” lo que sigue es lo contrario? Si así se piensa, se tendrá aquí en este Salmo que interpretar que el Señor Jesús estará sentado al lado del Padre sólo mientras que el Padre pone a todos sus enemigos por estrado de los pies de Jesús, y cuando ya todos estén así, entonces de ahí en adelante ¡el Padre quitará a Jesús de su lado y además sus enemigos ya no estarán bajo sus pies, justo cuando los acaba de poner ahí!

Igual sucede en pasajes como Gen 32,31-32; Gen 35,20; Isaías 7,14-15.

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