La finalidad de las parábolas de Jesús es enseñar cómo debe actuar una persona para entrar al Reino de los Cielos.
Jesús enseña usando parábolas para que comprendan su mensaje solo aquellos que han aceptado a Dios en su corazón y para que los que tienen «endurecidos sus corazones» y han «cerrado sus ojos» no puedan entender, dejando claro que es necesario tener fe en Él para entenderlas.
Las parábolas son comparaciones ampliadas tal como las solemos utilizar nosotros ordinariamente, por ejemplo, cuando decimos: Esta habitación parece un horno. Jesús expresa lo que quiere decirnos a través del velo de una imagen.
El Sembrador
Salió un sembrador a sembrar, y de la simiente, parte cayó junto al camino, y, viniendo las aves, la comieron. Otra cayó en sitio pedregoso, donde no había tierra, y luego brotó, porque la tierra era poco profunda;»pero, levantándose el sol, la agostó, y, como no tenía raíz, se secó. Otra cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron. Otra cayó sobre tierra buena y dio fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. Mat 13:4-8
A quien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el Maligno y le arrebata lo que se había sembrado en su corazón; esto es lo sembrado junto al camino.»Lo sembrado en terreno pedregoso es el que oye la palabra y, desde luego, la recibe con alegría;» pero no tiene raíces en sí mismo, sino que es voluble y, en cuanto se levanta una tormenta o persecución a causa de la palabra, al instante se escandaliza. Lo sembrado entre espinas es el que oye la palabra, pero los cuidados del siglo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin dar fruto.
Lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra la entiende y la practica, y da fruto, uno ciento, otro sesenta, otro treinta. Mat 13:23
La Cizaña
Es semejante el reino de los cielos a uno que sembró en su campo semilla buena. Pero, mientras su gente dormía, vino el enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando creció la hierba y dio fruto, entonces apareció la cizaña. Acercándose los criados al amo, le dijeron: Señor, ¿no has sembrado semilla buena en tu campo? ¿De dónde viene, pues, que haya cizaña? Y él les contestó: Eso es obra de un enemigo. Dijéronle: ¿Quieres que vayamos y la arranquemos? Y él les dijo: No, no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis también el trigo. Dejad que ambos crezcan hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: Tomad primero la cizaña y atadla en haces para quemarla, y el trigo juntarlo para guardarlo en el granero.
«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;» el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; la cizaña son los hijos del Maligno;» el enemigo que la siembra es el demonio; la siega es la consumación del mundo; los segadores son los ángeles.»
El grano de mostaza
Es semejante el Reino de los cielos a un grano de mostaza que toma uno y lo siembra en su campo;» y, con ser la más pequeña de todas las semillas, cuando ha crecido es la más grande de todas las hortalizas y llega a hacerse un árbol, de suerte que las aves del cielo vienen a anidarse en sus ramas. Mat 13:31
Un solo hombre bueno ha habido, como será de raro que aun hablamos de él, pero no era un hombre era Dios.
Levadura en la masa
Es semejante el Reino de los cielos al fermento que una mujer escondió en tres medidas de harina hasta que todo fermenta. Mat 13:33
La palabra de Dios en Ti dará fruto. Germinará.
Tesoro escondido
Es semejante el Reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo. Mat 13:44
Perla preciosa
Es también semejante el Reino de los cielos a un mercader que busca perlas preciosas, y, hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra. Mat 13:45
Red echada en el mar
Es también semejante el Reino de los cielos a una red barredera, que se echa en el mar y recoge peces de toda suerte, y, llena, la sacan sobre la playa, y, sentándose, recogen los peces buenos en canastos, y los malos los tiran. Así será a la consumación del siglo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos, y los arrojarán al horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes.» Mat 13:48-50
Viñadores homicidas
Un padre de familia plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre y la arrendó a unos viñadores, partiéndose luego a tierras extrañas. Cuando se acercaba el tiempo de los frutos, envió a sus criados a los viñadores para percibir su parte. Pero los viñadores, cogiendo a los siervos, a uno le atormentaron, a otro lo mataron, a otro le apedrearon. De nuevo les envió otros siervos en mayor número que los primeros, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente, les envió a su hijo, diciendo: Respetarán a mi hijo. Pero los viñadores, cuando vieron al hijo, se dijeron: Es el heredero; ea, a matarle, y tendremos su herencia,» Y, tomándole, le sacaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el amo de la viña, ¿qué hará con estos viñadores? Le respondieron: Hará perecer de mala muerte a los malvados y arrendará la viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo. Jesús les respondió: ¿No habéis leído alguna vez en las Escrituras: “La piedra que los edificadores habían rechazado, ésa fue hecha cabeza de esquina; del Señor viene esto, y es admirable a nuestros ojos”?» Por eso os digo que os será quitado el reino de Dios y será entregado a un pueblo que rinda sus frutos. Y el que cayere sobre esta piedra se quebrantará, y aquel sobre quien cayere será pulverizado. Oyendo los príncipes de los sacerdotes y los fariseos sus parábolas entendieron que de ellos hablaba, Mat 21:33-45
Dios nos envió a su hijo y no le creímos, murió en una cruz, a manos de su pueblo. Existía la costumbre de comprar esclavos y redimirlos, esto significa darles la libertad, Jesús pago por nuestros pecados, al ser bautizados quedamos limpios, pero en vez de aprovecharlo nos auto condenamos y eso nos condena de nuevo. Él vuelve, pero a juzgar.
Invitados que no van a cenar
El reino de los cielos es semejante a un rey que preparó el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados a las bodas, pero éstos no quisieron venir. De nuevo envió a otros siervos, ordenándoles: Decid a los invitados: Mi comida está preparada; los becerros y cebones, muertos; todo está pronto; venid a las bodas.» Pero ellos, desdeñosos, se fueron, quién a su campo, quién a su negocio. Otros, cogiendo a los siervos, los ultrajaron y les dieron muerte. El rey, montando en cólera, envió sus ejércitos, hizo matar a aquellos asesinos y dio su ciudad a las llamas. Después dijo a sus siervos: El banquete está dispuesto, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y a cuantos encontréis llamadlos a las bodas. Salieron a los caminos los siervos y reunieron a cuantos encontraron, buenos y malos, y la sala de bodas quedó llena de convidados. Entrando el rey para ver a los que estaban a la mesa, vio allí a un hombre que no llevaba traje de boda, y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda? El enmudeció. Entonces el rey dijo a sus ministros: Atadle de pies y manos y arrojadle a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes.» Porque muchos son los llamados y pocos los elegidos. Mat 22:3-14
Eres invitado al reino de Dios pero si tus obras no son buenas no entraras. Crees que eres bueno? Demuéstralo.
Oveja perdida
Si uno tiene cien ovejas y se le extravía una, ¿no dejará en el monte las noventa y nueve e irá en busca de la extraviada. Y si logra hallarla, cierto que se alegrará por ella más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Mat 18:12
Si solo tú hubieras existido, y nadie más Dios habría muerto en la cruz, solo para salvarte.
Talentos
Porque es como si uno, al emprender un viaje, llama a sus siervos y les entrega su hacienda, dando a uno cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad, y se va. Luego el que había recibido cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. Asimismo el de los dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno se fue, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su amo. Pasado mucho tiempo, vuelve el amo de aquellos siervos y les toma cuentas, y, llegando el que había recibido los cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: “Señor, tú me has dado cinco talentos; mira, pues, otros cinco que he ganado.” Y su amo le dice: “Muy bien, siervo bueno y fiel, has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu señor.”Llegó el de los dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me has dado; mira otros dos que he ganado.” Díjole su señor: “Muy bien, siervo bueno y fiel; has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu señor.” Se acercó también el que había recibido un solo talento y dijo: “Señor, tuve cuenta que eres hombre duro, que quieres cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste, y, temiendo, me fui y escondí tu talento en la tierra; aquí lo tienes.” Respondióle su señor: “Siervo malo y haragán, ¿conque sabías que yo quiero cosechar donde no sembré y recoger donde no esparcí? Debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, para que a mi vuelta recibiese lo mío, con los intereses.” Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez, porque al que tiene se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará,» y a ese siervo inútil echadle a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes.» Mat 25:14-30
Tus talentos son múltiples, pero los vas apagando con el pecado. Si puedes hacer el bien y no lo haces matas ese talento. Lo que eres no es tu merito, son dones que haz recibido y mientras más tienes eres más responsable ante Dios, si los ocultas por pereza o por miedo, eres culpable por omisión. Muestra de lo que eres capaz por amor.
Los dos hijos enviados a la viña
Un hombre tenía dos hijos, y, llegándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en la viña. El respondió: No quiero. Pero después se arrepintió y fue. Y llegándose al segundo, le habló del mismo modo, y él respondió: Voy, señor; pero no fue.»¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Respondiéronle: El primero. Díceles Jesús: En verdad os digo que los publícanos y las meretrices os preceden en el reino de Dios. Mat 21:29-31
Padre que da cosas buenas a sus hijos
¿Quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le da una piedra, o, si le pide un pez, le da una serpiente? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pide! Mat 7:9-11
Hombre que edifica su casa
Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será como el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, pero no cayó. Pero el que me oye estas palabras y no las pone por obra, será semejante al necio, que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, y cayó con gran ruina. Mat 7:24-27
Niños que juegan en la plaza
¿A quién compararé yo esta generación? Es semejante a niños sentados en la plaza, que se gritan unos a otros diciendo: “Os tocamos la flauta, y no habéis bailado; hemos endechado, y no os habéis golpeado el pecho.” Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: Está poseído del demonio. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un bebedor de vino, amigo de publícanos y pecadores. Y la Sabiduría se justifica por sus obras. Mat 11:16-19
Nada es bueno ni perfecto para ti? Con la vara que midas serás medido.
Siervo cruel
Por eso se asemeja el Reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. Al comenzar a tomarlas, se le presentó uno que le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, mandó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la deuda. Entonces el siervo, cayendo de hinojos, dijo: Señor, dame espera y te lo pagaré todo. Compadecido el señor del siervo aquel, le despidió, condonándole la deuda. En saliendo de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándole, le ahogaba diciendo: Paga lo que debes. De hinojos le suplicaba a su compañero, diciendo: Dame espera y te pagaré. Pero él se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara ¡a deuda. Viendo esto sus compañeros, les desagradó mucho, y fueron a contar a su señor todo lo que pasaba. Entonces hízole llamar el señor, y le dijo: Mal siervo, te condoné yo toda la deuda porque me lo suplicaste. ¿No era, pues, justo que tuvieses tú compasión de tu compañero, como la tuve yo de ti? E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda. Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonare cada uno a su hermano de todo corazón. Mat 18:23-35
Trabajadores de la viña
Porque el reino de los cielos es semejante a un amo que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña. Convenido con ellos en un denario al día, los envió a su viña. Salió también a la hora de tercia y vio a otros que estaban ociosos en la plaza. Díjoles: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo justo. Y se fueron. De nuevo salió hacia la hora de sexta y de nona e hizo lo mismo, y, saliendo cerca de la hora undécima, encontró a otros que estaban allí, y les dijo: ¿Cómo estáis aquí sin hacer labor en todo el día? Dijéronle ellos: Porque nadie nos ha ajustado. El les dijo: Id también vosotros a mi viña. Llegada la tarde, dijo el amo de la viña a su administrador: Llama a los obreros y dales su salario, desde los últimos hasta los primeros. Vinieron los de la hora undécima y recibieron un denario. Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero también ellos recibieron un denario. Al cogerlo murmuraban contra el amo, diciendo: Estos postreros han trabajado sólo una hora, y los has igualado con los que hemos llevado el peso del día y el calor. Y él respondió a uno de ellos, diciéndole: Amigo, no te hago agravio: ¿no has convenido conmigo un denario? Toma lo tuyo y vete. Yo quiero dar a este postrero lo mismo que a ti. ¿No puedo hacer lo que quiero de mis bienes? ¿O has de ver con mal ojo porque yo sea bueno? Así, los postreros serán los primeros, y los primeros, postreros. Porque son muchos los llamados, mas pocos los escogidos. Mat 20:1-16
El buen ladrón, Dimas, crucificado con Jesús, es la única persona de quien tenemos seguridad que está en el paraíso, porque Él se lo prometió esa tarde de su muerte, era un ladrón pero se convirtió y así Dios le premia, si esperas a estar en Tu cruz para arrepentirte teniendo la oportunidad de empezar ya, corres el riesgo de no reconocerle y no arrepentirte a tiempo y así como el Malo, Gestas, a pesar de estar tan cerca de la salvación, se lo llevó el demonio al infierno. Además el cielo tiene muchas mansiones y si no eres mediocre aspirarás a una de las buenas.
Siervo en ausencia del amo
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien constituyó su amo sobre la servidumbre para darle provisiones a su tiempo? Dichoso del siervo aquel a quien, al venir su amo, hallare que hace así. En verdad os digo que le pondrá sobre toda su hacienda. Pero si el mal siervo dijera para sus adentros: “Mi amo tardará,” y comenzare a golpear a sus compañeros y a comer y beber con borrachos, vendrá el amo de ese siervo el día en que menos lo espera y a la hora que no sabe, y le hará azotar y le echará con los hipócritas; allí habrá llanto y crujir de dientes.» Mat 24:45-51
Diez vírgenes
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes;» las necias, al tomar las lámparas, no tomaron consigo aceite, mientras que las prudentes tomaron aceite en las alcuzas juntamente con sus lámparas. Como el esposo tardaba, se adormilaron y durmieron. A la medianoche se oyó un clamoreo: Ahí está el esposo; salid a su encuentro.» Se despertaron entonces todas las vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: Dadnos aceite del vuestro, porque se nos apagan las lámparas. Pero las prudentes respondieron: No, porque podría ser que no bastase para nosotras y vosotras; id más bien a la tienda y compradlo;» pero, mientras fueron a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban prontas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta. Llegaron más tarde las otras vírgenes, diciendo: Señor, señor, ábrenos. Pero él respondió: En verdad os digo que no os conozco. Velad, pues que no sabéis el día ni la hora. Mat 25:1-13
Grano que crece solo
El reino de Dios es como un hombre que arroja la semilla en la tierra, y ya duerma, ya vele, de noche y de día, la semilla germina y crece, sin que él sepa cómo. De sí misma da fruto la tierra, primero la hierba, luego la espiga, en seguida el trigo que llena la espiga;» y cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque está en sazón. Mar 4:26-29
Higuera que no echa fruto
Ved la higuera y todos los árboles;»cuando echan ya brotes, viéndolos, conocéis por ellos que se acerca el verano. Así también vosotros, cuando veáis estas cosas, conoced que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación antes que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Lucas 21:30-33
Vino nuevo
Nadie pone un remiendo de paño nuevo a un traje viejo; de lo contrarío, romperá el nuevo, y el remiendo, tomado del vestido nuevo, no ajustará sobre el viejo.»Ni echa nadie el vino nuevo en cueros viejos; de lo contrarío, el vino nuevo romperá los cueros viejos y se derramará, y los cueros se perderán;» sino que el vino nuevo se echa en cueros nuevos, y nadie que tenga vino añejo quiere el nuevo, porque dice: El añejo es mejor. Lucas 5:37-39
Rico tonto
Había un hombre rico, cuyas tierras le dieron gran cosecha. Comenzó él a pensar dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo donde encerrar mi cosecha? Y dijo: Ya sé lo que voy a hacer: demoleré mis graneros y los haré más grandes, y almacenaré en ellos todo mi grano y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes almacenados para muchos años; descansa, come, regálate.» Pero Dios le dijo: Insensato, esta misma noche te pedirán el alma, y lo que has acumulado, ¿para quién será? Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios. Lucas 12:16-21
Voy a gozar mi vida y cuando este viejo y no pueda mas, me dedico a la misa y a mi alma, insensato¡¡ tu hora está cerca.
Higuera estéril
Tenía uno plantada una higuera en su viña y vino en busca del fruto, y no lo halló. Dijo entonces al viñador: Van ya tres años que vengo en busca del fruto de esta higuera y no lo hallo; córtala; ¿por qué ha de ocupar la tierra en balde?» Le respondió y dijo: Señor, déjala aún por este año que la cave y la abone, a ver si da fruto para el año que viene; si no, la cortarás.» Lucas 13:7-9
Los invitados eligen puesto
Cuando seas invitado a una boda, no te sientes en el primer puesto, no sea que venga otro más honrado que tú, invitado por el mismo, y, llegando el que al uno y al otro os invitó, te diga: “Cede a éste tu puesto,” y entonces, con vergüenza, vayas a ocupar el último lugar. Cuando seas invitado, ve y siéntate en el postrer lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Entonces tendrás gran honor en presencia de todos los comensales, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. Lucas 14:8-11
El juez y la viuda
Les dijo una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer, diciendo: Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario. Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres,» mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme. Dijo el Señor: Oíd lo que dice este juez inicuo. ¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aun cuando los haga esperar? Os digo que hará justicia prontamente. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra? Lucas 18:1-8
El fariseo y el publicano
Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo, el otro publicano. El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, adúlteros, injustos, ni como este publicano. Ayuno dos veces en la semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo. El publicano se quedó allá lejos, y ni se atrevía a levantar los ojos al cielo, y hería su pecho diciendo: ¡Oh Dios!, sé propicio a mí, pecador. Os digo que bajó éste justificado a su casa, y no aquél. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. También le presentaban niños para que los tocase; viendo lo cual, los discípulos los reprendían.» Jesús los llamó a sí, diciendo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo prohibáis, que de ellos es el reino de Dios. En verdad os digo, quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Lucas 18:10-17
Dracma perdida
Yo os digo que en el cielo será mayor la alegría por un pecador que haga penitencia que por noventa y nueve justos que no necesitan de penitencia. ¿O qué mujer que tenga diez dracmas, si pierde una, no enciende la luz, barre la casa y busca cuidadosamente hasta hallarla? Y, una vez hallada, convoca a las amigas y vecinas, diciendo: Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma, que había perdido. Tal os digo que será la alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia. Lucas 15:7-10
Con la medida con que midiereis, se os medirá
¿Acaso se trae la candela para ponerla bajo un celemín o bajo la cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Porque nada hay oculto sino para ser descubierto y no hay nada escondido sino para que venga a la luz. Si alguno tiene oídos, que oiga. Con la medida con que midiereis, se os medirá, y se os añadirá. Pues al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mar 4:22-25
Acreedor que perdona a sus deudores
Un prestamista tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios; el otro, cincuenta.» No teniendo ellos con qué pagar, se lo condonó a ambos. ¿Quién, pues, le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Supongo que aquel a quien condonó más. Díjole: Bien has respondido. Lucas 7:42-43
Buen samaritano
Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en poder de ladrones, que lo desnudaron, lo cargaron de azotes y se fueron, dejándole medio muerto. Por casualidad, bajó un sacerdote por el mismo camino, y, viéndolo, pasó de largo. Asimismo un levita, pasando por aquel sitio, lo vio también y pasó adelante. Pero un samaritano, que iba de camino, llegó a él, y, viéndolo, se movió a compasión, acercóse, le vendó las heridas, derramando en ellas aceite y vino; lo hizo montar sobre su propia cabalgadura, lo condujo al mesón y cuidó de él.» A la mañana, sacando dos denarios, se los dio al mesonero y le dijo: Cuida de él, y lo que gastes, a la vuelta te lo pagaré. ¿Quién de estos tres te parece haber sido prójimo de aquel que cayó en poder de ladrones? EL contestó: El que hizo con él misericordia. Contestóle Jesús: Vete y haz tú lo mismo. Lucas 10:31-37
Amigo inoportuno
Si alguno de vosotros tuviere un amigo y viene a él a medianoche y le dijera: “Amigo, préstame tres panes, pues un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo qué darle”;» y él, respondiendo de dentro, le dijese: “No me molestes, pues la puerta está ya cerrada, y mis niños están ya conmigo en la cama, no puedo levantarme para dártelos,” yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Os digo, pues: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá;» porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente?¿O, si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden? Lucas 11:5-13
Siervos que esperan el regreso del amo
Tened ceñidos vuestros lomos y encendidas las lámparas, y sed como hombres que esperan a su amo de vuelta de las bodas, para que, al llegar él y llamar, al instante le abran. Dichosos los siervos aquellos a quienes el amo hallare en vela; en verdad os digo que se ceñirá, y los sentará a la mesa, y se prestará a servirles.» Ya llegue a la segunda vigilia, ya a la tercera, si los encontrare así, dichosos ellos. Vosotros sabéis bien que, si el amo de casa conociera a qué hora habría de venir el ladrón, velaría y no dejaría horadar su casa. Estad, pues, prontos, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre. Lucas 12:35-40
Hombre que construye una torre
¿Quién de vosotros, si quiere edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos a ver si tiene para terminarla? No sea que, echados los cimientos y no pudiendo acabarla, todos cuantos lo vean comiencen a burlarse de él diciendo: Este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar. ¿O qué rey, saliendo a su campaña para guerrear con otro rey, no considera primero y delibera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Si no, hallándose aún lejos de aquél, le envía una embajada haciéndole proposiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo. Buena es la sal; pero, si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se sazonará?» Ni para la tierra es útil, ni aun para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga.» Lucas 14:28-35
Administrador infiel
Había un hombre rico que tenía un mayordomo, el cual fue acusado de disiparle la hacienda. Llamóle y le dijo: ¿Qué es lo que oigo de ti? Da cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir de mayordomo. Y se dijo para sí el mayordomo: ¿Qué haré, pues mi amo me quita la mayordomía? Cavar no puedo, mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que he de hacer para que, cuando me destituya de la mayordomía, me reciban en sus casas. Llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo: Cien batos de aceite. Y le dijo: Toma tu caución, siéntate al instante y escribe cincuenta. Luego dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? El dijo: Cien coros de trigo. Díjole: Toma tu caución y escribe ochenta. El amo alabó al mayordomo infiel de haber obrado sagazmente, pues los hijos de este siglo son más avisados en el trato con los suyos que los hijos de la luz. Y yo os digo: Con las riquezas injustas haceos amigos, para que, cuando éstas falten, os reciban en los eternos tabernáculos. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho: y el que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho. Si vosotros, pues, no sois fieles en las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? Y si en lo ajeno no sois fieles, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lucas 16:1-13
Lázaro y el rico
Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino y celebraba cada día espléndidos banquetes. Un pobre, de nombre Lázaro, estaba echado en su portal, cubierto de úlceras, y deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico; hasta los perros venían a lamerle las úlceras.» Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al Seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.» En el hades, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abraham desde lejos y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que, con la punta del dedo mojada en agua, refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Dijo Abraham: Hijo, acuérdate de que recibiste ya tus bienes en vida y Lázaro recibió males, y ahora él es aquí consolado y tú eres atormentado. Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran atravesar de aquí a vosotros, no pueden, ni tampoco pasar de ahí a nosotros. Y dijo: Te ruego, padre, que siquiera le envíes a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les advierta, a fin de que no vengan también ellos a este lugar de tormento. Y dijo Abraham: Tienen a Moisés y a los profetas; escúchenlos.» El dijo: No, padre Abraham; pero, si alguno de los muertos fuese a ellos, harían penitencia.» Y les dijo: Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco se dejarán persuadir si un muerto resucita. Lucas 16:19-31