Padre que da cosas buenas a sus hijos
¿Quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le da una piedra, o, si le pide un pez, le da una serpiente? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quien se las pide! Mat 7:9-11
Dos cosas son necesarias al que ora: pedir con fervor y pedir lo que conviene, esto es, cosas espirituales. Por eso Salomón obtuvo bien pronto lo que pedía, porque pidió lo que era conveniente.
Bajo la semejanza de pan y de peces nos manifiesta el Señor qué es lo que debemos pedir. El pan es el Verbo, que nos da noticia del Padre. La piedra es toda mentira, que produce escándalo de ofensa al alma.
Por pez podemos entender la palabra de Cristo, y por serpiente el diablo. O bien por pan se entiende la doctrina espiritual, y por piedra la ignorancia. Por pez puede entenderse también la gracia del bautismo y por serpiente la astucia del diablo o la infidelidad.
Llama malos a los que aman este mundo y a los pecadores. He aquí que los bienes que dan, esto es, los temporales, son buenos para sus sentidos, y lo son también por su naturaleza, pero pertenecen a esta vida enferma. el Señor no concede siempre todo lo que se le pide, sino sólo lo que es bueno, El oro y la plata son un bien, no porque te hagan bueno, sino que con ellos puedes obrar el bien.
Asi las cosas, Si la oración, aun privada, goza de tan solemnes y magníficas promesas, indudablemente, mayor fuerza y virtud tienen las súplicas que se hacen oficialmente en nombre de la Iglesia, es decir, de la esposa del Redentor.
Solo la Falta de Fe explica, NO pedir ayuda a Dios, por parte de toda la iglesia, en momentos de Crisis, teniendo en cuenta esta parábola.

























