La Temática de algunas películas, propone un futuro postapocalíptico de injusticia; falta de libertad del individuo; explotación infantil; gobiernos totalitarios; redes sociales como medios de adoctrinamiento; el uso de la tecnología para los fines de las corporaciones; ingeniería social y ‘telebasura’; Idolatría de la moda; manipulación genética; el empleo de estrategias de miedo que permiten el control social; la internalización del individualismo en busca de la división de la población; el oscurantismo y la ignorancia que impiden cualquier reflexión o deliberación acerca de las decisiones gubernamentales. En un mundo sin esperanza, donde se practican sacrificios humanos.
Los juegos del hambre pretende ser un ejemplo feminista sobre cómo una adolescente socaba una dictadura.
Al fénix, símbolo de la película, se lo asocia al fuego, de acuerdo a la leyenda según la cual esta ave mitológica renace de sus cenizas, esto alude a la Iniciación, que purifica o regenera, a través de la muerte y el renacimiento. El fénix propone una experiencia iniciática, el aspirante se prepara para pronto alcanzar la comunicación o contacto con la Fuente de la Conciencia Universal. La trilogía de las aves, con la paloma y el águila, viene de Mitra, el ángel caído o dios del sol, donde los Iniciados eran denominados Águilas, Halcones y Cuervos; en los rituales de la Masonería se menciona al cuervo, al fénix y a la paloma. Asi, en los juegos del hambre la iniciada renace, representando una forma de poder femenino. Como Ishtar una mujer con patas de pájaro.
Existe una importante distinción entre lo que podría llamarse esperanza secular u «optimismo» y esperanza cristiana. La persona optimista posee cualidades que le permiten confiar en sus propias capacidades
“El optimismo es un deseo sin garantía; La esperanza cristiana es una certeza, garantizada por Dios mismo. El optimismo refleja la ignorancia sobre si las cosas buenas llegarán alguna vez. La esperanza cristiana expresa el conocimiento de que cada día de su vida, y cada momento más allá de ella, el creyente puede decir con verdad, sobre la base del propio compromiso de Dios, que lo mejor está por venir, cree que Dios cumplirá lo que ha dicho, porque es fiel y verdadero. Dios ha probado ser digno de confianza, y no cambia. Y su inmutabilidad, su verdad son el fundamento de nuestra esperanza”
En este sentido podríamos decir que la «esperanza» contenida en los Juegos del Hambre es realmente una forma de optimismo mundano o secular y deja ambigua, la realidad de un mundo mejor, promueve la desesperanza. Cuando las protagonistas sobreviven a los juegos y regresan a su hogar, todavía no saben qué les espera… Su terrible experiencia no parece haber producido ningún cambio real. En un mundo donde todo lo que tienen es optimismo, permanecen inseguros y confundidos. Sin alguna esperanza real para el futuro.
Los cristianos, sin embargo, tenemos motivos para tener esperanza, ya que vemos la fidelidad de Dios a diario. Incluso en tiempos de problemas, sabemos que todas las cosas vendrán para bien para aquellos que aman al Señor. Nuestra esperanza proporciona una fuerza motivadora para nuestro trabajo diario. Confiamos en que todo lo que hagamos para el Reino de Dios tiene un significado eterno, que cielos nuevos y la tierra nueva son la promesa del Resucitado, Dios con Nosotros.
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