Asperges me, Domine, Hyssopo, et mundabor: Lavabis me, Et super nivem dealbabor. Miserere mei, Deus, Secundum magnam misericordiam tuam. Gloria Patri, et Filio, Et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, Et nunc, et semper, Et in saecula saeculorum. Amen
Asperges, es la oracion introductorio a la Misa. Extraído del salmo 51:7 y por el cual los fieles piden a Dios ser purificados para así ser dignos de participar en el rito de la eucaristía.
Rocíame señor con el hisopo y quedaré limpio lávame y quedaré más blanco que la nieve.
Después de entonar la antífona el sacerdote recita el salmo Miserere rociando primero el frente y la plataforma del altar, luego él mismo, luego los ministros y el coro, y finalmente la congregación. La ceremonia se ha utilizado al menos desde el siglo X, como costumbre de bendecir el agua de los fieles los domingos. Su objetivo es preparar a la congregación para la celebración de la Misa moviéndola a sentimientos de penitencia y reverencia sugeridos por las palabras del Salmo 50, o imprimiéndoles que están a punto de participar en el sacrificio de nuestra redención.
Una rama de cedro e hisopo, es calmante, previene la ansiedad y el insomnio, la depresión angustia agitación mental cura limpia, calma y relaja, usada para limpieza de leprosos y purificación de hombres y cosas , usado cuando el pueblo de Israel ungió con la sangre del cordero los dinteles de puertas y ventas para que el Ángel de la muerte no matara a sus primogénitos.
El rey David, lo usó como agente purificador haciendo referencia a que su alma fuera limpia luego de cometer el pecado, en el libro de éxodo, “el gran legislador de Israel roció a los hebreos con el hisopo de la alianza entre Yahveh y su pueblo” significando que esta planta fue símbolo de pureza para limpiar el corazón del pueblo.