En el martirologio figuran casi 7.500 santos, y la conmemoración de los difuntos santos desconocidos que pueden ser muchos mas.
Un santo es un cristiano verdadero, como la imitación de cristo debe ser nuestro objetivo espiritual, la santidad -sed santos como mi padre es santo- debe ser algo natural a todos.
Los santos son aquellos que son felices con lo que Dios les da. Los que hacen con lo que Dios les da lo mejor, siguiendo los consejos de jesus, este tipo de vida es paz, alegría y amor, con, y por el prójimo, lógicamente al vivir así, se vive pleno, no porque haya abundancia material, sino porque al dar se recibe, al enseñar se aprende, el amor cuando se divide se multiplica.
No ha habido un santo triste y muchísimos de ellos fueron al martirio cantando salmos, ansiosos de ser devorados por los Leones, para gloria de Dios.
Niños santos, uno de los ejemplos mas bellos de lo que es Creer en Dios y amarlo sobre todas las cosas, nos los han dado jovencitos, como san Pancracio o santa Ines, ellos fueron Mártires valerosos que prefirieron ir prematuramente a la gloria de Dios antes que pecar.
Pancracio fue un joven Patricio y ciudadano romano que se convirtió al cristianismo, y que fue decapitado en el año 304, con 15 años de edad, era hijo de un rico frigio del área de Synnada y, quedó huérfano a la edad de 14 años, fue llevado a Roma con su tío. Diocleciano le ofreció un alto cargo a cambio de que abandonara el Cristianismo, y cuando Pancracio se negó, lo mandó matar.
Paradojicamente los jóvenes de hoy se están suicidando. Pecan tanto y de maneras tan sucias contra su propio cuerpo que no aguantan el asco que se tienen y en vez de arrepentirse, pedir perdón a Dios, y buscar la absolución y el cambio de vida, -que si están arrepentidos obtendrán sin lugar a dudas-, terminan cometiendo el pecado de la desesperanza que los convierte en otros judas a los ojos de Dios, porque el suicidio es un pecado de orgullo y falta de amor a Dios, somos sus hijos, no hay nada que el no haya hecho por amor a ti, y tu le das una bofetada en la cara, mientras El esta en la cruz agonizando por salvarte, y tu atentas contra tu vida drogandote y buscando la muerte de mil maneras, es la tristeza y la vergüenza del pecado insuflado de orgullo, producto de la ignorancia del amor, que Dios nos tiene.
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