Llega el adviento, adventus Redemptoris, ‘venida del Redentor’, el primer período del año litúrgico cristiano.
Es tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo, lo integran los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad.
Tiempo de reflexión, de espera vigilante, esperanza y de vigilia, de arrepentimiento, de perdón y de alegría que el papa Gregorio Magno propuso para el Adviento.
Las lecturas bíblicas del tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del Libro de Isaías
La predicación de Juan el Bautista, que se caracteriza por incorporar la frase del Libro de Isaías «Una voz grita en el desierto: preparen los caminos del Señor, allanen sus senderos» (Mateo 3:3), hace de él una de las personalidades propias de la liturgia del tiempo de Adviento.
La corona de ramas de árbol perenne decorado con velas era un símbolo de la de Europa pagana, símbolo relacionado con el ciclo ininterrumpido de las estaciones, mientras que las hojas perennes y las velas encendidas significan la persistencia de la vida en mitad del duro y oscuro invierno, la corona, como un símbolo cristiano, era de uso común en la Edad Media.
El uso de la luz como símbolo de la revelación y salvación a través de Jesús es una constante. Las velas moradas simbolizan preparación espiritual y penitencia.
Psalteriolum Cantionum Catholicarum, veni veni Emmanuel
Latín | Castellano |
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Veni, veni Emmanuel! |
Ven, Emmanuel, Rey y legislador, |
La certeza de la venida de Cristo en la carne estimula a renovar la espera de la última aparición gloriosa en la que las promesas mesiánicas tendrán total cumplimiento, por eso en adviento decimos Maranatha y nuestra esperanza es Su venida a hacer Justicia¡¡
¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador!
Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Hijo de David,
estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!