El 1 de mayo de 1937 a las 15:20, caía en manos del Frente Popular el Santuario de Santa María de la Cabeza. Habían transcurrido 7 meses y 16 días desde el 14 de septiembre de 1936, cuando 165 guardias civiles y 45 paisanos, junto con sus familias, decidieron encerrarse por motivos de supervivencia, en este recinto erigido en honor a la esposa San Isidro Labrador. Posiblemente, su resistencia, en algunos aspectos, fue todavía más notable que la del Alcázar de Toledo. En la historia universal de los asedios no aparece un caso tan desproporcionado y tan heroico de resistencia.
Estos pocos guardias civiles, resistieron heroicamente durante 7 meses, las acometidas de más de 10.000 soldados, Nadie se explica cómo pudieron resistir tanto. Todavía hoy nos preguntamos qué fuerza les motivó y cómo pudieron resistir con tan pocos medios y casi sin alimentos. Ellos fueron capaces de mantener en jaque a los responsables políticos del Estado que contaban con unas fuerzas inmensamente más poderosa, con ilimitados recursos materiales y humanos.