En 1995, una virgencita de yeso que representa a la Virgen de la Paz y procedente de Medjugorje, lloró sangre trece veces. “Satanás quiere demoler la familia”: la Virgen de Civitavecchia comunicó a los videntes que la batalla entre Dios y Satanás está hoy centrada en la destrucción de la familia.
“Satanás es poderoso y quiere desencadenar el odio, es decir, la guerra para destruir a la humanidad. Y para alcanzar este objetivo quiere derribar la Iglesia de Dios, comenzando con la pequeña iglesia doméstica que es la familia”, dijo el vidente Fabio Gregori, papá de la pequeña Jessica
La virgen lloró sangre el 6 de febrero de 1995, ante la familia Gregori, en la localidad de Borgo Pantano, pueblo de Civitavecchia (Italia), y el 15 de marzo, en las manos de Girolamo Grillo, obispo de la ciudad.
Son 93 mensajes que entregó la Virgen a la familia Gregori, de entre los cuales dos secretos para el obispo y uno para el Papa.
La Virgen en Civitavecchia lloró la sangre de su Hijo (los análisis y contraanálisis revelan que el líquido rojizo retirado de la virgen es sangre humana con características masculinas y femeninas, con preponderancia de las primeras).
La Virgen dijo que “sin una nueva conversión, muchos pastores podrían haber traicionado su vocación, incluso con graves escándalos, y que la Iglesia ha conocido una nueva gran apostasía, es decir, renegar de las verdades cristianas fundamentales reafirmadas durante los siglos por la tradición y la doctrina”.
Por eso, “alrededor de la familia y la vida se lleva a cabo la batalla contra la dignidad divina del hombre”.
El 30 de julio de 1995 la Virgen dijo: “Satanás se está apoderando de toda la humanidad, y ahora está tratando de destruir la Iglesia de Dios a través de muchos sacerdotes. ¡No lo permitáis! ¡Ayudad al Santo Padre!”. “Vuestra nación está en peligro” “La humanidad no se da cuenta de que está a punto de entrar en una guerra mundial que puede ser detenida (…)”.
“Las tinieblas de Satanás están oscureciendo ahora el mundo entero y también están oscureciendo la Iglesia de Dios. Preparaos para vivir lo que he revelado a mis pequeñas hijas de Fátima”. En esa misma ocasión -el 27 de agosto de 1995- Nuestra Señora comunicó a la pequeña Jessica el tercer secreto de Fátima.
La noche del 5 de abril Monseñor Grillo habló por televisión: –“Es verdad, la Madonnina ha llorado entre mis manos y conmigo estaban cuatro o cinco testigos… Siento mucho que la Santísima Virgen ha llorado en un momento muy dificil para mí, porque me había llegado un mensaje muy dramático de una mística. Me he dicho: no queda sino pedirle a la Virgen.
Acababa de celebrar la Santa Misa y en ese momento eran las ocho y cuarto del 15 de marzo. He tomado a la Virgen –yo la tengo en una canastilla con algodón– y mientras decíamos la Salve Regina ha empezado a llorar ante mis ojos.
Mi hermana la ha tocado, ha sido más valiente que yo, y se ha manchado de sangre el dedo. Yo no he tenido el valor y he visto una lagrimilla que iba bajando poco a poco, poco a poco. Y de aquí, ir pasando lentamente bajo el cuello. Lo cual lo han visto después los científicos y la han analizado, y parece ser sangre humana también ésta…”
Esa misma tarde, hablando delante de la prensa dijo “HA LLORADO ENTRE MIS MANOS – EL OBISPO GRITA: MILAGRO”…
El mensaje de Civitavecchia habla de la familia, pequeña Iglesia doméstica, en unidad con la Iglesia, que está viviendo una “gran apostasía”. Instituciones que están en el punto de mira del adversario de Dios. “Satanás quiere destruir a la familia y a la Iglesia”.
“Queridos hijos, después de los años dolorosos de la oscuridad de Satanás, ahora son inminentes los años del triunfo de mi Inmaculado Corazón”.
Civitaveccia lágrimasdeMadre