“Dotada de un alma «espiritual e inmortal”, la persona humana es la «única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma». Desde su concepción está destinada a la bienaventuranza eterna. Catecismo de la Iglesia católica, 1703.
El alma, es el bien más preciado que tenemos, el único que es perdurable eternamente, nunca morirá y siendo lo que más deberíamos de cuidar y desarrollar, es a lo que menos atención le prestamos.
Todos los pueblos primitivos reconocían la existencia de un espíritu interior, en el cuerpo de cada persona.
Platón y Aristóteles, se ocuparon del tema del alma.
“No confundamos potencias del alma con las facultades de esta. Las potencias son tres: Memoria, Inteligencia y Voluntad. Las facultades son dos: la facultad de Conocer y la facultad de Amar. Conocer a Dios equivale a estar unidos a Él, tratar de conocerle es querer llegar a la unión con Él. Esta unión, es la manifestación divina del amor en nuestras almas, es decir, se realiza a través del amor”. Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Son pues, las capacidades o herramientas de que dispone el individuo, para realizar su cometido más trascendente, cuál es el de obtener su salvación.
“La fuerza del alma está en sus potencias, pasiones y apetitos, dirigido todo por la voluntad. Cuando la voluntad dirige todas las potencias pasiones y apetitos a Dios y las desvía de todo lo que no es Dios, es cuando guarda la fuerza del alma para Dios y entonces ama a Dios con todas sus fuerzas. Y estas potencias de nuestro espíritu, cuando lleguen a su eterno destino, se verán penetradas, transformadas e iluminadas por una nueva luz, luz que se enciende al contacto con la llama de la divinidad”. San Juan de la Cruz
“A la fe le corresponde el entendimiento;
A la esperanza le corresponde la memoria;
A la caridad la voluntad.
En cada virtud teologal debe de actuar la unión con Dios en la `potencia correspondiente. Las tres virtudes teologales, han de ser las que han de poner en perfección las tres potencias del alma… Mediante las virtudes teologales cada potencia es informada de modo sobrenatural según las exigencias de su propia entidad”. Juan Pablo II
El hombre de alma enferma, al perder ésta sus potencias, va perdiendo su tendencia a la inmortalidad y hacia la consecución de una felicidad perfecta, que sólo parcialmente puede saciarse en los bienes terrenos.
El fin del hombre, manipulado por el consumismo, se ha reducido a adquirir el mayor número de objetos, a realizar el mayor número de viajes y a copular el mayor número de veces.
La educación actual logró minimizar la memoria y la dirige a recordar lo nimio y olvidar lo fundamental y trascendente.
Anuló la capacidad de análisis y síntesis, generadores del espíritu crítico, obnubilando el entendimiento.
La voluntad del hombre la dirige la moda, la única voluntad que le queda es comprar lo que la moda dicte y bailar al son que le toquen…
«Están fuera de su órbita el ingenio, la virtud y la dignidad, privilegios de los caracteres excelentes; sufren de ellos y los desdeñan. Son ciegos para las auroras; ignoran la quimera del artista, el ensueño del sabio y la pasión del apóstol. …carecen de iniciativa y miran siempre el pasado, como si tuvieran los ojos en la nuca. Son incapaces de virtud; no la conciben o les exige demasiado esfuerzo. Ningún afán de santidad alborota la sangre en su corazón; a veces no delinquen por cobardía ante el remordimiento….”, José Ingenieros (El Hombre Mediocre)
Su ilusión es estar bien informado, para saber lo que debe hacer, si se pone de moda ser gay, será gay…
El Entendimiento (inteligencia) es la capacidad de hacerse una pregunta que No resuelve un problema, como preguntarse “que es lo verdadero o lo justo”.
La voluntad es el acto donde entra la razón, dirigida por la verdad. Así sea la negación de algo aparentemente bueno, es la capacidad de decir No.
La Memoria permite que yo sepa quien soy y me permite edificarme, me da esperanza.
El pecado es el veneno que le entra a la memoria para que recuerdes siempre lo malo. Hace que le restes importancia a lo bueno y maximices lo malo, haciéndote habitar en el dolor.
Toda liberación debe empezar con la sanación de las potencias del Alma.